Dispositivos Móviles y Salud Mental
- concienciamedicasa
- 10 oct 2022
- 5 Min. de lectura
CONTEXTO
La dopamina es uno de los muchos neurotransmisores que utilizan las neuronas para comunicarse entre ellas. Esta sustancia no solo puede ser producida naturalmente por una amplia variedad de animales (vertebrados e invertebrados), también puede ser producida artificialmente en laboratorios. La dopamina es conocida como la hormona del placer, ya que cobra importancia en todas las respuestas nerviosas que están relacionadas con la expresión de emociones.
Otro neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo y el control de las emociones es la Serotonina. Esta hormona se encarga de regular el apetito (causando sensación de saciedad), de controlar la temperatura corporal, de regular el apetito sexual, la actividad motora, la percepción y la función cognitiva, entre otros procesos fisiológicos de vital importancia. La serotonina también es conocida como la hormona de la felicidad, ya que cuando aumentan sus niveles en los circuitos neuronales genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción, y también aumenta la concentración y la autoestima.
Estas hormonas están vinculadas a un conjunto de mecanismos (realizados por nuestro encéfalo) que permiten que asociemos ciertas situaciones a una sensación de placer, y conforman el Sistema de Recompensas de nuestro cerebro. Este sistema sirve principalmente para la creación de buenos hábitos, malos hábitos y adicciones... Ya que dependiendo de los estímulos que reciba nuestro sistema de recompensa, iremos aprendiendo a repetir en el futuro (por una cuestión natural de supervivencia) esas situaciones o actividades que liberan dopamina y serotonina.
En el caso del consumo de sustancias, ciertas moléculas pueden interferir directamente sobre el circuito de recompensas (haciendo que este sufra una transformación en poco tiempo). Pero las adicciones también pueden aparecer sin el uso de drogas, a partir de la repetición excesiva de ciertas conductas (que nos hacen producir dopamina y serotonina).
USO DEL CELULAR Y SU EFECTO EN EL SISTEMA DE RECOMPENSA
Muchas de las aplicaciones y los dispositivos en general, están específicamente diseñados para liberar grandes cantidades de dopamina (sin que tengas que aplicar ningún esfuerzo para recibir esa recompensa). Esto se hace con éxito para que las utilices la mayor cantidad de tiempo posible, y para que no puedas parar de usarlas (mientras más te atrapen, más ganancias pueden generar).
Como los dispositivos móviles representan el desarrollo y la evolución de la tecnología, está socialmente aceptado y por ende tendemos a restarle importancia. Pero el uso desmedido de nuestros celulares puede traer diversos problemas que van desde la alteración de nuestra conducta, comportamiento y estado de ánimo, hasta la persistencia de problemas en nuestra salud mental y general.

PATOLOGÍAS PROVOCADAS POR USO EXCESIVO DEL MÓVIL
1) Fomo ("Fear Of Missing Out): Significa literalmente "miedo a perderse algo". Esto no se trata de sufrir un temor irracional a la desinformación, FOMO se trata de una patología psicológica descrita como la idea generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente. Este tipo de ansiedad social se caracteriza por un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo.
2) NOMOFOBIA ("No-Mobile-phone Phobia"): Está relacionado con el miedo a la desconexión (que se te agote la batería, no tener suficiente cobertura, que se estropee el móvil, etc). Pero sobre todo está asociada con el temor de salir a la calle sin llevarlo encima (normalmente por haberlo olvidado en casa). Lo que se describe es un trastorno de ansiedad con todas sus manifestaciones (taquicardia, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza o de estómago, sudores, etc) y se origina porque al estar permanentemente conectados con los demás se produce una dependencia emocional que se manifiesta en forma de ansiedad cuando esa comunicación no está disponible de manera puntual.
3) Vibranxiaety (Este término nace de la unión de las palabras "vibrate + anxiety", aunque también es conocida como "Vibración Fantasma"): Te ha pasado que crees haber sentido el sonido o la vibración de tu smartphone cuando en realidad no sucedió? Esta ansiedad se produce porque el cerebro prefiere un falso aviso a la posibilidad de perder una llamada importante, y sucede porque el cuerpo se acostumbra tanto al móvil que acaba por considerarlo como un miembro más (es una sensación parecida a la que sienten las personas a las que se les ha amputado un miembro).
4) Insomnio tecnológico: La luz azul que emiten estos aparatos inhibe la secreción de Melatonina (hormona que favorece el sueño). Por lo tanto, cuando se usan móviles y tabletas durante todo el día e incluso hasta antes de ir a dormir, la somnolencia desaparece y se producen episodios de insomnio (que a largo plazo pueden elevar el riesgo de alzhéimer, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial, obesidad, diabetes y depresión).
5) Daño ocular: Sumado al efecto que causa la luz azul, mirar una pantalla retroiluminada daña la retina de forma progresiva y produce sequedad en los ojos (más si se utiliza lentes de contacto), también puede provocar visión borrosa, fotofobia y dolor de cabeza (entre otros). Lo que mayor daño causa es mirar estas pantallas a oscuras o durante muchas horas seguidas.
6) Tendinitis y otras lesiones: Desde hace tiempo las consultas de traumatología ya habían detectado un aumento de casos de pacientes con tendinitis en los pulgares de ambas manos, esto se debe a que el uso excesivo de los smartphones te obliga a adoptar una posición forzada y con tensión constante... Al mismo tiempo, para sujetar el dispositivo utilizamos los dedos índices y meñiques (haciendo una fuerza equivalente a la presión que ejercen los pulgares para escribir), lo que también puede desencadenar en tendinitis en estos dedos. Como si fuera poco, también es común padecer dolores de cuello, brazos y espalda debido a las posturas inadecuadas que adoptamos al utilizar los celulares.
7) Efecto google: Es obvio que internet nos abre un mundo lleno de posibilidades (en lo que a obtención de información se refiere) y que nos ayuda a encontrar datos de una manera rápida y eficaz. Pero si, por ejemplo, dependemos de Google u otros buscadores similares para todo lo que hagamos o hablemos en el día a día, el cerebro puede llegar a negarse a recordar información (ya que se acostumbra y sabe que puede acceder a esa información en cualquier momento y de una forma bastante sencilla).
El hecho de tener acceso a todo tipo de información en cualquier momento, también hace que el aprendizaje se sienta como una responsabilidad tan grande como una obligación (en otras palabras, tu cerebro dice que si no aprendes algo es porque no quieres). Esto puede llegar a generar una culpa que provoca la liberación de cortisol y que luego desencadena en estrés.
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